
👑 El Palacio del Rey Don Pedro, la belleza de la tradición árabe
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Tanto Alfonso XI como Pedro I establecieron la ubicación de su corte en la ciudad de Sevilla. Durante sus reinados los Reales Alcázares sevillanos vieron modificadas parte de sus estructuras y construcciones quedando la huella de ambos monarcas en diferentes edificios. Junto a la Sala de Justicia, objeto de reforma por Alfonso XI, vamos a tratar ahora el Palacio Mudéjar, un complejo conjunto de salas, patios, fuentes y estanques mandados construir por Pedro I de Castilla.
Lo puedes encontrar en el nº 10 y siguientes del plano oficial del Alcázar de Sevilla.
Los tesoros del Palacio Mudéjar
También denominado Palacio del Rey don Pedro, Se trata de un conjunto de salas, corredores y patios privados del monarca (la zona pública era el Palacio Gótico) distribuidos alrededor del Patio de las Doncellas, la zona protocolaria, y del Patio de las Muñecas, la privada del rey.
Fue construido entre 1356 y 1366, por alarifes mudéjares de Toledo, Granada y Sevilla con una superficie superior a los 2.500m2., lo cual no implica que sufriera numerosas remodelaciones. El nombre de mudéjar se debe a la fastuosa decoración de estilo andalusí que lucen gran parte de sus estructuras, azulejos, paredes, artesonados y policromados, mostrando incluso epigrafía árabe en diversos textos. En determinadas estancias posee también una planta superior.
Acceso desde el Patio de la Montería:
Fachada del Palacio
Con dos niveles, está dividida en un cuerpo central y dos cuerpos laterales.
Cuerpo Central, posee en la planta baja la puerta de acceso, rectangular, con sendos arcos polilobulados sobre columnas de mármol y sobre ellos muros de sebka. La parte superior posee siete pequeños arcos polilobulados sobre columnas y sobre ellos azulejos con una inscripción en árabe “No hay vencedor sino Alá”.
Inscripción en gótico que indica “el muy alto et muy noble et muy poderoso et muy conqueridor don Pedro por la gracia de Dios rey de Castilla et de León, mandó fazer estos alcázares et estos palacios et estas portadas que fue fecho en la era de mill et quatrocientos y dos años” (se refiere a la era hispánica, que comienza en el 38 a.C.ç
Está coronado con un alero madera con mocárabes policromados.
Cuerpos laterales poseen una arquería de cuatro arcos de medio punto cerrados en el piso inferior y un arco central y dos grupos de tres, también de medio punto, en cada piso superior, también coronados por un alero de madera.
El Vestíbulo
Se accede a un vestíbulo distribuidor, que presenta una cenefa de yeserías y un zócalo de azulejos con la leyenda en caracteres cúficos “¡Gloria a nuestro señor el sultán don Pedro, Dios le ayude y le conceda la victoria!”, muy repetida en todo el palacio.
Posee tres estancias separadas por sendos arcos, uno de ellos sobre pilastras y el otro sobre columnas de mármol con capiteles con decoración vegetal procedentes de la Iglesia de san Vicente Mártir. La estancia central, junto a la puerta, es rectangular y las laterales cuadrangulares. Sus artesonados, planos, de madera y con rebajes policromados, se componen de figuras de ocho puntas enlazadas entre sí en el centro y figuras menores en el marco exterior.
Si nos dirigimos hacia la izquierda un pasillo nos llevará hacia el Patio de las Doncellas, mientras que un corredor que parte de la derecha nos llevará hacia el Patio de las Muñecas. Ambos pasillos están decorados con un zócalo de azulejos y una decoración superior con relieves de yeserías:
Patio de las Muñecas
Es llamado así, bien por los pequeños rostros que poseen los arcos en su inicio, bien porque en él se criara a los infantes. Los arcos se sostienen sobre columnas de mármol obra de José Barradas.
Se trata de una zona destinada a la reina, con dos pisos, con balaustrada en el superior y cornisa decorada con mocárabes (del siglo XIX).
En el piso inferior posee galerías separadas del patio por arcos soportados por columnas de mármol de Madinat Azahara. Las policromías fueron encaladas en el mismo siglo XIX, cubriendo el patio con una montera de vidrio.
Cuarto del Príncipe
A la derecha de la entrada al Patio de las Muñecas por el Salón de los Pasos Perdidos, se accede por medio de un arco al Cuarto del Príncipe, dividido en tres salas menores por arcos de yesería. La central de estructura rectangular y las dos laterales cuadradas, el dormitorio de la reina, con ventana a la fachada del Patio de la Montería, y el del príncipe, con ventana y puerta de forja acristalada a una galería que rodea exteriormente al Palacio Mudéjar y permite el acceso al Jardín del Príncipe.
Su nombre deriva del príncipe Juan de Trastámara.
Allí residió Isabel la Católica hasta ser construido el Palacio Alto. Del techo de la sala central de motivos geométricos, cuelgan mocárabes. La alcoba de la reina muestra un artesonado octogonal con motivos geométricos y policromado.
El artesonado de la pequeña sala del príncipe está dividido en dieciséis cuarterones con rebajes y mocárabes, policromados en oro y con motivos geométricos policromos.
Sala de los Reyes Católicos
Si volvemos al Patio de las Muñecas, a la derecha se encuentra esta Sala un habitáculo cuadrado que recibe su nombre de la época en que se colocó su artesonado, el cual refleja la heráldica de la pareja real en los bordes y las ya descritas figuras geométricas en madera con un mocárabe central. Una característica peculiar es que conserve el suelo original. Posee vistas a la galería exterior del palacio, cara al Jardín del Príncipe.
Salón del Techo de Felipe II
La Sala de los Reyes Católicos se comunica con esta sala longitudinal , su nombre lo recibe por ser este monarca quien ordenó realizar su artesonado renacentista de media caña, con casetones con formas cuadradas y con forma de cruz, obra de Martín Infante y con pinturas de Baltasar de Bracamonte.
La sala posee vistas al Jardín de las Flores y al Jardín del Príncipe, con el que se comunica con una puerta de forja acristalada con motivos arabescos.
Interiormente posee acceso a las salas conocidas como Salón de los Sevillanos, Salón de Embajadores (por el Arco de los Pavones) y Salón de los Toledanos, todas ellas comunicadas entre sí y con el Patio de las Doncellas.
Una última puerta en el muro opuesto a la Sala de los Reyes Católicos permite acceder a la Sala de los Infantes.
Patio de las Doncellas del Palacio Mudéjar
Al Patio de las Doncellas lo rodean cuatro galerías coronadas con bellísimos artesonados en madera con formas poligonales, estrelladas y policromías, con veinticuatro arcos lobulados en total que dan acceso a determinadas salas para invitados.
La fachada oriental del patio coincide con una de las fachadas del Palacio Gótico. El arco central de cada galería ocupa toda la altura de la planta. Los dos o tres más pequeños a cada lado, según la galería, poseen decoración de sebka y relieves de yesería. Descansan sobre columnas dobles obra de Francisco y Juan Lugano y Francisco da Carona (siglo XVI). Posee una alberca en el centro con forma de T y arriates hundidos un metro con arcos de medio punto enlazados y descubiertos en 2002 tras ser enterrados en el siglo XVI.
El piso superior posee arcos de medio punto sobre columnas de mármol simples y dobles de forma alterna con capiteles jónicos obra de Antonio da Carona y Bernardino da Bissone (siglo XVI). Corona la estructura un alero de canecillos. Fue obra de Luis de Vega, arquitecto real.
Sala de la Alcoba Real o Dormitorio de los Reyes Moros
Al patio se accede la fachada norte , a la derecha (oeste), a través de un gran arco de medio punto se accede estas salas , divididas en otras dos longitudinales por tres arcos de herradura sobre las que existen tres ventanas ciegas con celosías.
Contigua al Patio, la Sala exterior de los Reyes católicos posee un artesonado de su época y lacerías con figuras de seis brazos con forma circular. Posee dos ventanas geminadas decoradas con estrellas y ruedas de ocho brazos. Están decoradas con frisos de yesería.
Sala interior que se divide en otras dos por un arco polilobulado. La mayor corresponde al dormitorio de verano, mientras que la pequeña, cuadrada, sería el lugar donde dormiría el monarca. El artesonado del dormitorio tiene forma de bóveda ojival con pinturas, mientras que la estancia más pequeña posee un techo aún más rico que los anteriores.
Sala de los Pasos Perdidos
Servía de tránsito de la Alcoba Real hacia los Patios de las Doncellas y de las Muñecas, con el que se comunica con un arco con tres ventanas ciegas sobre él, decorado con relieves de yesería. Su artesonado es de época de los Reyes Católicos.
Salón de los Embajadores, el salón del trono
Situado al sur del patio de las Doncellas. Espectacular. Mira arriba, esa cúpula de 1427.
Las puertas de entrada desde el Patio, son de madera con lacerías geométricas, motivos vegetales y ruedas con ocho y doce brazos (conocidas como lefe), con caracteres epigráficos con el texto “los embajadores nobles y venturosos”. Poseen inscripciones en árabe y en letra gótica en latín donde se alaba a Pedro I y hay textos bíblicos.
Sus muros están decorados con azulejos y yeserías. Corresponde al lugar ocupado en su momento por el salón Al-Turayya o de las Pléyades del Alcázar al-Mubarak o de la Bendición de al-Motamid.
El salón, cuadrado (qubba), posee una cúpula con forma de media naranja, que representa el Universo, obra de Diego Ruiz (1427), unida por pechinas con mocárabes dorados a un friso con el escudo de armas de Castilla y León y una cenefa de madera donde se representan los 56 monarcas desde Chindasvinto hasta Felipe III, sedentes y coronados, con espada en la diestra y globo terráqueo en la izquierda, con sus símbolos heráldicos y el periodo de su reinado.
En la parte superior existen también grandes balcones realizados en el siglo XVI en el Palacio Alto.
Todas las paredes de la estancia están decoradas en su plenitud con yeserías y policromías en madera.
Salón de los Sevillanos y Salón de los Toledanos
Contiguas al Salón de Embajadores existen dos salas separadas de éste por triples arcos de herradura soportados sobre columnas de mármol con capiteles califales, alfiz y yeserías. En ellas existen 26 placas de yeso que sobresalen sobre los motivos vegetales del fondo (ataurique) y que muestran caballeros, damas, reyes, torneos, animales fantásticos. Ambas salas reciben el nombre de , por los artistas que las decoran.
Desde la salón de los Sevillanos, a la derecha, nos comunica con el Patio de las Muñecas.
Desde el Salón de los Toledanos , izquierda, se accede al Salón de los Infantes, que más tarde comentaremos.
Al frente del salón de embajadores, se accede a la Sala del Techo de Felipe II, (comentada en el articulo anterior), a por el arco de los Pavones, un triple arco de herradura sobre columnas de mármol jaspeado en el centro y pilastras con azulejos y yeserías. El arco posee un doble alfiz, celosías cegadas y una cenefa con aves de cetrería. En las esquinas posee pavos reales que le dan el nombre al arco.
La sala posee vistas al Jardín de las Flores y al Jardín del Príncipe, con el que se comunica con una puerta de forja acristalada con motivos arabescos.
Interiormente posee acceso a por el Salón de los Sevillanos, al Salón de Embajadores , por la Sala de los Reyes Católicos, al patio de las Muñecas y con el Salón de los Infantes, todas ellas comunicadas entre sí.
Sala de los Infantes
Contigua a la Sala de los Toledanos se encuentra esta sala de planta rectangular, que se comunica con el Patio de las Doncellas y con dos salas laterales.
La primera de ellas, ya la vimos, el salón del Techo de Felipe II.
La segunda sala comunica con el salón del Techo de Carlos V, por medio de una galería exterior, y al Jardín de la Galera por una puerta doble de forja acristalada con motivos geométricos, con un zócalo de azulejos y decoración de yesería policromada formando arcos sobre ménsulas que apoyan sobre el zócalo.
Salón del Techo de Carlos V
Posee acceso desde la sala de los Infantes y desde el Patio de las Doncellas, en el lado opuesto del patio a la Alcoba Real.
Sus grandes puertas de madera poseen lacerías mudéjares y la inscripción Corpus Christi y las contraventanas están decoradas con motivos geométricos que varían entre ruedas con ocho brazos con forma de ruedas y estrellas de cuatro, seis y ocho puntas.
Posee un artesonado de mediados del siglo XVI, con casetones octogonales y rombos, con escudos de armas del emperador Carlos V, de ahí su nombre, quién ordenó su construcción con motivo de su boda con Isabel de Portugal.
Se trata de un conjunto de tres salas comunicadas por arcos. Comparte una de estas salas auxiliares con el Cuarto del Príncipe, con el que se comunica por un arco de medio punto con varios alfices y yeserías policromada,
La otra se encuentra en el lado opuesto, que se comunica por arco sobre columnas marmóreas con capiteles visigóticos que ocupa el ancho de la sala (podría ser la capilla existente antes de existir el Oratorio del Palacio Alto), la cual muestra artesonado mudéjar.
Esta sala tiene acceso a la galería exterior y al denominado Jardín de Troya, desde donde puede visitar los enigmáticos Baños de María Padilla y el resto de jardines del entorno del Palacio Mudéjar.